Lo profundo es el aire. Jorge Guillén
El respeto y la recuperación del patrimonio que significa para la ciudad, como lugar que
edifica la cultura se puede realizar desde los valores del proyecto de
arquitectura recuperando los valores de la ciudad.
A la hora de abordar una determinada intervención, el proyecto
arquitectónico debe de aceptar que el
edificio dispone de su propia historia, independiente del valor cultural o
artístico del que disponga el edificio. Éste, se ubica y formaliza en un entorno físico natural edificado y sensitivo a
valorar, o por lo menos conocer. Todos estos elementos, además de conceptos más
reales como los materiales y técnicas constructivas empleadas, agotamientos,
inadaptabilidad física y funcional a los usos demandados , requerimientos
legales sectoriales y administrativos, al final producen y reducen la intervención arquitectónica
a meros párrafos y pliegos técnicos ,
donde las soluciones al final se reducen a responder mecánicamente a problemas de mas o
menos complejidad, la menos de las veces
, o a un mero ajuste de un programa , encages de edificabilidades , etc .
La arquitectura es imaginar,
formalizar, construir, habitar y conmover. Construir es un hecho, habitar es un
proceso, donde la arquitectura por medio del espacio creado moviliza las sensaciones del ser humano. F.
Wright entendía la arquitectura como un trabajo que contribuye a enriquecer la
vida de los hombres. Los edificios deben ser bellos, trasmitir ensoñaciones, ser
funcionales y sostenibles, habitados con racionabilidad, cordura y mesura además
de incorporar valores ecológicos y ambientales.
En palabras de Antonio Fernandez
Alba: … entiendo la arquitectura como una disciplina de innovación ambiental
intrínsecamente ligada al proceso evolutivo de la sociedad, de ahí la necesidad
de escucha sus ecos sociales, políticos y antropológicos de nuestra realidad
más inmediata.
Hacia una ética de la forma. Discurso Honoris Causa de la
Universidad de Alcalá
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